Rojo

Las mejillas de mi madre cuando tomaba una cerveza, los labios de quien da un primer beso. La sangre omnipresente en un parto, o en los rostros de los dos diferentes contrincantes de una pelea agresiva. La vergüenza del adolescente que ve por primer vez con otros ojos a la muchacha de la pulpería, los cuerpos sudados de quienes se infectan por el virulento ritmo que suena a la media noche en una discoteca. La irritación de tu piel cuando se raspa o se golpea, o cuando una prenda te queda muy apretada que tu cuerpo se revela. Las venitas en tus ojos cuando te da rabia, la pasión de aquellos atardeceres que cada cierto tiempo pintan nuestros cielos de carmín. El certificado biológico que le indica a la jovencita que su cuerpo está listo para reproducirse cada 28 días.

La pasión, la furia, la candidez, la energía. Me gusta pensar que los colores son una suerte de canales que transmiten una representación visual de cierta propiedad… Siendo que el rojo es parte de la trinidad de colores que componen nuestras luces, definitivamente: el canal del rojo tiene que transmitir la vida.