No creo...

Creo en la vida eterna, en un gobierno que sea capaz de solucionar los problemas de la humanidad por completo, creo que llegará el momento donde pueda alcanzar la perfección, y viajar por el mundo sin mayor problema.

Creo en llorar con lágrimas de felicidad, y que mis problemas de autoestima sean no sentirme digno ni merecedor de tanta bendición, y no sentirme tan impuro y tan malévolo que llegue a concluir que no merezco nada…

No veo práctico tener hijos ahora, y considero un gran acto de egoísmo traer a este Gólgota mi descendencia, y por eso no los traigo al mundo todavía, como mi mayor muestra de amor, que se suprime por evitar su sufrimiento. Sin embargo, en un nuevo orden mundial, los veo corriendo conmigo… me veo teniendo problemas con mi esposa por que ya gasté los nombres bonitos en ellos, y los veo peleando sobre cual de ellos va a tener el turno de que yo les haga piojito…

Creo que algún día me reiré a carcajadas de mí, y mis absurdos complejos… aquellos que conozco, y los que aún no detecto. Y lloraré de no poder entender hasta que punto llegué a sufrir… creo que viviré con el tormento interno de peso de conciencia de haber despreciado la vida, y pensado que no hay motivo para seguir viviendo…

Creo tantas cosas que a otros les parecerán absurdas, que solo si compartes mi fe podrás sentarte conmigo a fantasear, y alucinar, junto conmigo, lo valioso de aferrar mi vida actualmente a un estilo minimalista, para concentrarme en lo que importa más…

Mi sentido de urgencia depende de un futuro que a los ojos de otro sería utópico… pero es algo tan fuerte, que como leí en alguna ocasión, está solamente a doce pulgadas de largo, de mí, que es la distancia entre mi corazón y mi cerebro…

Creo en un Dios omnisapiente, que me asombra más por la capacidad de su amor que por la capacidad de su poder. Nunca lo he tocado, nunca lo he visto y probablemente nunca lo haga, pero creo en eso…

La historia de mi vida ha sido vivir combatiendo todos aquellos eventos que me han tratado de nublar la vida para hacerme pensar algo contrario a lo que crea, y mi fe puede rayar en terquedad después del ahínco con el que me he empeñado en sembrar mis credos en mi corazón…

Te puedo debatir, si así lo querés, con argumentos lo palpable, racional y cercano de todo lo que vivo… acepto el reto!

Después de tanto creer… después de haber sufrido con la satisfacción de que mis disfuncionalidades, obstáculos y oposiciones no han podido ganarle a mi esperanza… Después de haber pagado con mis vísceras y lágrimas todo lo que creo… Vos querés contagiarme de que no hay razón para creer en amores eternos? Con la misma fuerza con lo que creo que recién mencioné, y con todo respeto, no creo...